Marco Corral
Deteriorados por el tiempo y agentes naturales, petroglifos de origen nahua, en la sierra de Manantlán, se encuentran en la ribera de uno de los arroyos de la comunidad indígena de Cuzalapa, en el municipio Cuautitlán de García Barragán.A un costado de la localidad encontramos los vestigios, sumamente deteriorados, apenas perceptibles y mudos testigos de la cultura indígena que estableció hace cientos de años la comunidad de Cuzalapa, al otro lado del cauce, donde actualmente se encuentra el cementerio de la población y la parroquia principal, un templo que se ha conservado y restaurado al paso de los siglos.Llegamos al lugar este sábado sin guía, recorriendo un tramo de la ribera del arroyo, donde encontramos, distantes unos 50 metros entre sí, dos rocas con grabados ya deteriorados.Una de ellas, con grabados apenas perceptibles, con una altura de unos 2 metros y una longitud de poco más de 4 metros; roca en la que observamos detenidamente los restos de algunos de los trazos, afectados por el agua principalmente.La roca se encuentra en el cauce, que en esta temporada el caudal es reducido comparado con otros años.La otra roca, de menores dimensiones, se encuentra fuera del agua, removida por quienes realizaron hace un tiempo un dragado en el cauce.Esta otra conserva algunos vestigios de los petrograbados nahuas.En la región de Cuzalapa, se localizan otros sitios con vestigios, donde los petroglifos se conservan más nítidamente.